Nuevo impuesto de gases fluorados de efecto invernadero
El 1 de Septiembre de 2022 entra en vigor una reforma del impuesto de gases fluorados de efecto invernadero tras una modificación de la Ley de Transparencia que podemos encontrar en el BOE del pasado 8 de julio. El Gobierno ha sido el encargado de introducir esta reforma a través de una enmienda que contará con algunas exenciones para uso militar y transporte.
Debido a esta extensión del impuesto se gravará la importación o fabricación de equipos pregacargados, así como la primera carga de refrigerantes en instalaciones nuevas. Algo que supondrá un incremento del coste entre el 5% y el 10%, basándose en los cálculos de varias asociaciones y trabajadores del sector que han estado atentos para protestar contra un nuevo anteproyecto de ley que el Gobierno había presentado en diciembre de 2021. Se considera que las formas utilizadas para aprobar este impuesto no han sido las correctas, ya que se ha insertado una enmienda dentro de una ley que no está relacionada con la gestión tributaria, djeando a muchas empresas sin tiempo de reacción y sin apenas margen de respuesta.
Cambios en el nuevo impuesto de gases fluorados
Si miramos al resto de Europa no encontramos en muchos más países este impuesto de gases fluorados.
Pero… ¿qué cambios trae este nuevo impuesto y cuáles son las principales consecuencias para el sector?
- 1. Grava la tenencia de gases, no sólo el consumo
- 2. Elimina la figura de «revendedor»
- 3. Elimina el CAF para instaladores
- 4. Se elimina la exención a las escuelas de formación
Cómo afecta el impuesto de gases fluorados al sector de la climatización
¿Y qué va a suponer esto dentro del sector?
- 1. Instalaciones más caras
- 2. Desincentiva la renovación de equipos
- 3. Penaliza la contribución de las bombsa de calor
- 4. Fomenta el fraude y el mercado negro
- 5. Incrementa los precios finales de los equipos
En establecimientos de hostelería, comercial, pequeño comercío y uso doméstico se encareceran las nuevas instalaciones de refrigeración en torno a un 5%. Esta medida afectara a muchos sectores: logística, supermercados, industria alimentaria, electrodomésticos o automoción entre otros. Algo que tendrá efecto negativo inmediato en un sector que emplea a casi 800.000 personas y cuenta con una facturación de aproximadamente 130.000 millones de euros. Este gravamen ha entrado en vigor este verano para sorpresa de muchos, algo que obliga a una adaptación rápida y a verselas venir ante posibles consecuencias negativas.
Con España se convertiría en el primer país de Europa que castiga el consumo responsable y no la emisión de refrigerantes, desmarcándose del penalizar a quien contamina, incluyendo los casos energéticos. En el resto de países gravan únicamente las emisiones reales, y se liberan del impuesto en las instalaciones o equipos nuevos.
Además, este impuesto mediambiental va a traer consigo una penalización de la contribución de la bomba de calor en la descarbonización en instalaciones de climatización y una reducción del desperdicio de los alimentos.
En el Libro blanco para la reforma fiscal en España que se publico el pasado febrero, se comenta que el impuesto de gases fluorados no está cumpliendo con el fin propio del impuesto, debido a que estos gases por los que está tributando son insustituibles a nivel tecnológico, por lo que, sí o sí, van a suponer un impuesto directo a la actividad de muchos sectores. También cabe destacar que estos impuesto deberían funcionar siempre de forma armonizada con el resto de Europa, para reducir a gran escala la posiblidad de fraude.
